El color puede transformar, animar y modificar un ambiente. El uso de uno o varios colores en un ambiente puede cambiar la apariencia de los espacios modificando las sensaciones que se producen al vivir el color. El color es percibido como el resultado de una combinación de tres factores: Una persona, un objeto una fuente de luz. El objeto absorbe parte de esa luz y refleja la otra parte. La parte reflejada por el objeto llega a través de los ojos y es traducida en los colores que conocemos. Las familias de colores que el ojo humano consigue ver, son las mismas que se presentan en el arcoíris.
Existen cuatro características que definen a un color:
Tonalidad o Matiz: Es el término más básico del color, son los colores en si, representadas por las familias abajo
Luminosidad: Es la claridad u oscuridad de un color. Los colores son luminosos o claros, son aquellos con mayor cantidad de blanco.
Saturación: Es la pureza o intensidad de un color. Los colores intensos o vivos tienen un elevado grado de pureza, siendo también conocidos como colores limpios.
Temperatura: Es la dominancia de alguno de los colores sobre los demás, inclinando el color blanco hacia el rojo o hacia el azul. Esto hará que los tonos se alteren, separando en grupos: Cálidos (amarillos, rojos y naranjas), fríos (azules, violáceos, verdes) o neutros.